viernes, 28 de octubre de 2011

viernes atípico

Salir de la rutina no siempre es el estado ideal.
A pesar del saber popular que reza la rutina es lo que mata.
Mi rutina de viernes es generalmente agotadora, trabajo de 8 a 17 (por suerte desde la comodidad de mi cama), gimnasio de 17 a 18, alumnos de 18.30 en adelante... para terminar la semana con una cena con mi amor, una serie de eventos conjugados hicieron que a partir de las 6 de la tarde no tuviera NADA MAS QUE HACER, ABSOLUTAMENTE NADA, cualquier persona diría nena dormí, recupera el sueño que la facultad y todos tus trabajos te están robando. Pero simplemente siento un mar de energía contenida, abro mis lecturas personales (las cuales fueron desplazadas por las académicas a finales de marzo) pero después de leer unas pocas paginas siento la necesidad de caminar por los 42 mt2 que habito en soledad .
Hago zapping sin poder encontrar algo que no sea futbol o pelea de vedetongas.
AL FIN DE CUENTAS, EXTRAÑO MI RUTINA

Magia

La real academia española define como magia:


1. f. Arte o ciencia oculta con que se pretende producir, valiéndose de ciertos actos o palabras, o con la intervención de seres imaginables, resultados contrarios a las leyes naturales.2. f. Encanto, hechizo o atractivo de alguien o algo.
Pero sin embargo hay un aspecto de la magia que no puedo encontrar en ningún diccionario, y es ese momento donde algo hace un clic en tu cabeza (o cualquier otra parte del cuerpo al azar) y sabes que tu vida no va a volver a ser la misma, algunos les pasa cuando descubren por primera vez su vocación, otros cuando descubren el amor, o tal vez cuando ven la sonrisa de su hijo recién nacido.
Es un estado de conciencia alterado que nos llena de luz y gozo,dura a penas unos segundos; con suerte se siente una o dos veces en la vida, y que de alguna manera perseguimos desde que nacemos hasta que nos morimos, como el burro detrás de la zanahoria.
Ahora que pasa si en algún momento logramos alcanzar la zanahoria mágica, que pasa si encontramos el gozo interior, supongo que se debe parecer o al nirvana o a un orgazmo. Pero ¿seríamos capaces de apreciarlo? ¿o tal vez caería en el olvido de las cosas ordinarias?